Por Tom Tracy
Catholic News Service

WEST PALM BEACH, Florida (CNS) -- Mientras Armando Gil salía de La Habana en 1965, las últimas palabras de su padre fueron: “Bajo ningunas circunstancias has de regresar mientras haya comunismo en Cuba”.

 Dirigiéndose hacia México, entonces a Estados Unidos, Gil no había estado en Estados Unidos ni un año completo antes de salir hacia entrenamiento básico con la Marina de Estados Unidos. Hoy día él es maestro de escuela jubilado, autodescrito como “católico de cuna” activo en el Movimiento de Cursillos y orgulloso abuelo en Jacksonville. 

Durante todos estos años, aunque las restricciones estadounidenses de viaje a Cuba se han relajado periódicamente, él nunca ha regresado a su lugar de nacimiento en Hershey, Cuba, donde una difunta fábrica de chocolate una vez estaba asociada con la compañía alimentaria estadounidense del mismo nombre.

Para Gil, mientras haya comunismo en Cuba, él se mantendrá alejado. Él es, no obstante, comprensivo en cuanto a las visitas papales a Cuba y tolerante con los cubanoamericanos más jóvenes que están viajando a Cuba a visitar parientes.

“El papa, como vicario de Pedro, tiene que ir; después de todo criticaron a Cristo por sentarse con el recaudador de impuestos”, él dijo acerca de la visita de tres días del papa Benedicto XVI a Santiago y La Habana del 26 al 28 de marzo. Antes de llegar a Cuba, el papa visitará León, México, del 23 al 26 de marzo.

“Tengo primos que han ido de vuelta”, dijo Gil a Catholic News Service, añadiendo que él cree que los estadounidenses no deben viajar a Cuba sin recordar las violaciones de derechos humanos ni las realidades severas que están en curso allí.

La generación de Gil de cubananoamericanos salió hace décadas y mayormente se mudó a zonas urbanas de Estados Unidos. Durante muchos años su generación fue una voz cohesiva condenando a Fidel Castro y apoyando el embargo comercial estadounidense contra Cuba.

A través de los años, y ayudada por los medios en español, la diáspora cubana seguía de lejos el régimen de Castro. El tiempo a veces aparenta detenerse para un pueblo dividido que lleva las heridas del desplazamiento.

“Somos como un tipo de pueblo judío, desparramado por todo el mundo”, dijo Gil.

Con la visita histórica a Cuba del papa Juan Pablo II en 1998, el envejecimiento del liderato cubanoamericano en Florida y el trauma nacional del episodio de custodia infantil de Elián González en Miami, algunos apuntan a una reducción de animosidades hacia Cuba, especialmente entre la generación más joven, que aparenta tener una actitud más abierta hacia el diálogo.

Las modestas reformas económicas gubernamentales y la liberación de 2,500 presos antes de la visita papal ofrecen unos cuantos tales indicadores. Los avivados negocios entre transportistas de fletes aéreos que llevan cubanoamericanos a Cuba muestran un cambio silencioso en el lado estadounidense.

“Trato de ir dos veces al año porque mis padres que están allí están muy ancianos y me siento tan bien pasando tiempo allí”, dijo Alina Wetzstein.

Criada en un típico hogar comunista de La Habana, Wetzstein comenzó a visitar una iglesia católica local allí con sus hijos a principios de la década de 1980. Más tarde ella huyó hacia Venezuela cuando el negocio no autorizado de su esposo haciendo zapatos los arriesgaba a represalias gubernamentales.

Hoy día Wetzstein, con 56 años de edad, evita las conversaciones políticas y la acalorada política local en cuanto a Cuba. Ella fue a Cuba en diciembre para la Navidad y planifica ir otra vez para la visita papal.

Wetzstein habla de la nueva apertura de expresión religiosa en Cuba, pero también de la necesidad de mayor formación en la fe allí.

“Creo que para la gente de Cuba es muy importante tener comunicación con nosotros y ver cómo estamos y cómo vivimos”, ella dijo. “La Iglesia Católica de allí y que el papa vaya a Cuba son importantes porque pueden ayudar a sanar, a unir personas que cometieron errores, incluyendo también los errores cometidos aquí”.

Visita Apostólica del Papa Benedicto XVI a Cuba y México página de inicio