La Corte Suprema ha dictado su fallo. Y ahora, ¿qué?

Susan E. Wills, Esq.

6 de julio de 2012

La Corte Suprema de EE. UU. dictó su muy esperado fallo sobre dos provisiones claves de la Ley de Cuidado de Salud a Costo Asequible (ACA, sigla en inglés) el 28 de junio. Pocos podrían haber anticipado el resultado de la demanda Federación Nacional de Empresarios versus Sebelius. La Corte ratificó la constitucionalidad de exigir que las personas se inscriban en un plan de salud, eje del ACA. El presidente de la Corte, el juez Roberts, confirmó este requisito como ejercicio legítimo de la autoridad constitucional del Congreso de imponer impuestos.

Desde que el fallo fue anunciado, ha sido casi imposible prender la televisión o la radio o visitar Internet sin escuchar a un reportero, comentarista, experto, anfitrión de programa de debate o personas que llaman y plantean alguna duda sobre la decisión de la Corte: se trata de suposiciones envueltas en especulación dentro de una conjetura.

El razonamiento del Juez Supremo para defender el mandato individual de la ACA es una preocupación menos inmediata que las graves deficiencias de la ley sobre la libertad religiosa y los derechos de conciencia.

Este es un breve recordatorio de lo que está en juego:

Conforme al reglamento de la Ley de que se incluyan "servicios de prevención" en la mayoría de los planes de salud, el HHS y otras agencias federales están requiriendo a la mayoría de los empleadores, incluso a organizaciones católicas y privadas, que financien, en contra de su conciencia, la esterilización, los anticonceptivos y los fármacos abortivos. Los individuos con una objeción de conciencia a esa cobertura se ven afectados también. Hasta la fecha, se han presentado unas dos docenas de demandas para impugnar la infracción contra la libertad religiosa que este reglamento crea –y ninguna de estas demandas se ve disminuida por el fallo de la Corte para mantener dos provisiones específicas de la Ley.

ACA permite la financiación directa del aborto a través de $11 mil millones asignados para centros comunitarios de salud por una vía que pasa por alto las leyes de apropiaciones habituales y por esa razón, evadió la enmienda Hyde contra la financiación del aborto.

A menos que un estado promulgue legislación de "exclusión propia", todas las personas que contratan un plan que incluye cobertura del aborto están obligadas a pagar una prima por separado para cubrir el costo de los abortos de otras personas. Según la Ley, todos menos uno en cada plan de intercambio tendrá que cubrir abortos electivos y los asegurados de bajos ingresos pueden recibir subsidios de crédito fiscal para la contratación de estos planes. Hasta la fecha, menos de un tercio de los estados han promulgado tales leyes de exclusión.

ACA no impide que los organismos gubernamentales en virtud de la Ley violen el derecho de conciencia de los proveedores, de las empresas, compañías de seguros y de los asegurados que se nieguen a involucrarse en el aborto.

Y hay otras manifestaciones de que la ACA está abandonando políticas federales vigentes desde hace mucho tiempo sobre los derechos de conciencia. Recordemos el último descubrimiento del verano pasado cuando HHS había dado su aprobación inicial al menos a tres programas estatales para grupos de asegurados de "alto riesgo" que habrían permitido la financiación federal para la cobertura del aborto. Esta aprobación fue rescindida posteriormente por el HHS solo después de una protesta política. ACA al parecer contiene más de 1000 casos en los que el HHS "deberá" o "puede" tomar algunas medidas de reglamentación donde esté facultado para "determinar" algo.

La legislación correctiva –la propuesta de "Ley de Respeto a los Derechos de Conciencia" (H.R. (HR 1179, S. 1467) y la Ley de protección de la vida (H.R. 358, S. 877)– ya se han presentado al Congreso y la H.R. 358 ya ha pasado en la Cámara. Puede informarse sobre estos proyectos de ley en el www.nchla.org y www.usccb.org /conscience.

En la homilía de la misa de clausura de la Quincena para la Libertad el 4 de julio, el arzobispo Charles J. Chaput, OFM Cap, exhortó a todos los católicos, cristianos y a las personas de buena voluntad: "Vivimos en un tiempo que requiere centinelas y testimonio público. [...] Tú y yo somos los responsables de este momento. Hoy día. Ahora. Tenemos que "alzar nuestra voz", no solo por la libertad religiosa y los ideales de la nación que amamos, sino por el carácter sagrado de la vida y la dignidad de la persona –en otras palabras, la verdad de lo que significa estar hecho a imagen y semejanza de Dios". ¡Así que, a trabajar!

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Susan Wills es directora adjunta para educación y difusión del Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información acerca de las actividades pro vida de los obispos, vea www.usccb.org/conscience.