Un negocio horripilante

Tom Grenchik 


18 de marzo de 2011

Un sacerdote amigo mío suele decir: “el aborto no es más que violencia que se hace pasar por compasión". Planned Parenthood, el proveedor de abortos más grande de la nación, intenta intensamente mantener el enfoque público en sus servicios "compasivos” a mujeres y no en la realidad horripilante de que asesinan a más de 300 mil niños indefensos, año tras año.

A pesar de que los defensores del aborto luchan por esconder esa violencia de la vista de todos, nada puede ocultar las continuas revelaciones de abortos mal hechos y las despiadadas heridas y muertes de madres que se realizan abortos provenientes de muchas clínicas de abortos en todo el país. Las noticias de la cámara de terror en la fábrica de abortos del Dr. Gosnell en Filadlefia fue el ejemplo más dramático de perversión al cual una persona puede caer cuando se dedica a asesinar a niños. Los abortos hacen dinero rápido con poca o ninguna regulación del gobierno.

A Gosnell se lo acusó de 8 cargos de asesinato y a varios miembros de su centro de abortos se los acusó de asistir en abortos mal hechos, practicar la medicina sin una licencia o encubrir las acciones de los que lo hicieron. Los cargos incluyen infanticidios horripilantes de bebés cuyos nacimientos prematuros se indujeron para poder asesinarlos en los minutos siguientes a su nacimiento.

Esta clase de noticias horrorosas parece ayudar a los estadounidenses a despertarse a la vastedad de la carnicería: más de 50 millones de niños muertos, y más de cinco millones de ellos en manos del personal de Planned Parenthood.

Cada aborto, ya sea en un matadero mugriento o en una clínica de abortos limpia y con mucha luz, igual destruye a un niñito o niñita precioso. Y también sus madres han muerto por abortos realizados en centros de Planned Parenthood, desde California hasta Massachusetts y los estados entre medio.

La industria del aborto se gana más de mil millones de dólares por año, ¿entonces por qué su tienda insignia, Planned Parenthood, exige $360 millones por año en financiamiento de los contribuyentes? Planned Parenthood sostendrá que ese dinero federal se destina a otros gastos como salarios, alquileres u otros programas, pero esto por supuesto libera otras sumas para gastarse en la promoción y realización de abortos.

Al tiempo que el Congreso ha estado debatiendo maneras para reducir el presupuesto, miembros pro vida han propuesto cortar todos los financiamientos a Planned Parenthood y sus 102 afiliadas en todo el mundo. Pero el Líder del Senado Harry Reid ahora ha amenazado que el Senado no tolerará ningún desfinanciamiento de Planned Parenthood. Si el Congreso está realmente preocupado acerca del cuidado compasivo de las mujeres, debería redirigir los fondos que ahora se proporcionaron a organizaciones que realizan y promocionan el aborto, y en cambio responder a las necesidades básicas de los pobres.

Ya sea en un negocio de abortos de mala calidad en Filadelfia o el imperio corporativo de Planned Parenthood, el aborto es verdaderamente nada más que violencia que se hace pasar por compasión. Y reducir los programas para los pobres, mientras se dan cientos de millones de fondos federales a una organización dedicada a eliminar a los hijos de los pobres, es simplemente uno de los aspectos más atroces de esta trágica farsa.



Tom Grenchik es director ejecutivo del Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Visite www.usccb.org/prolife para más información acerca de las actividades pro vida de los obispos.

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