Deirdre A. McQuade

19 de junio de 2015

La cantidad de abortos está disminuyendo en casi todas partes de Estados Unidos. Según un estudio de Associated Press (AP) que usa las cifras más recientes, la cantidad de abortos quirúrgicos del país bajó un 12 por ciento desde 2010. Esta tendencia, aunque sea polémica, en realidad no es nueva. Los abortos han estado disminuyendo en los últimos 25 años.

¿Qué hay detrás de esta buena noticia?

Muchos pueden pensar que hay menos abortos porque hay menos embarazos. Pero el índice de embarazos no planificados sigue siendo prácticamente el mismo. El fácil acceso a los anticonceptivos no ha tenido un impacto significativo en el índice de embarazos. Los anticonceptivos no son, ni nunca han sido, una manera confiable de reducir la cantidad de abortos.

¿Hay más embarazos que llegan al parto? El estudio de AP no ofrece datos paralelos sobre los índices de nacimiento en los estados donde los abortos disminuyeron. Pero es difícil negar hoy en día la realidad del ser humano no nacido. Las ecografías, publicadas en medios sociales y en las puertas de los refrigeradores, ahora ofrecen una nueva vista del vientre. Quienes estuvieron embarazadas en las décadas de 1970 y 1980 quizás creían con mayor facilidad que el “producto de una concepción” era tan solo un “poco de tejido”. Desde hace algún tiempo, el niño que crece en el útero, que a menudo recibe un nombre antes de nacer, ha ganado nuestra empatía de nuevas maneras.

El movimiento de ayuda a embarazadas también ha cobrado ímpetu. Los centros de ayuda a embarazadas y los hogares para madres que ofrecen ayuda gratuita y confidencial a las mujeres y familias necesitadas del país son tres veces más que la cantidad de clínicas que practican abortos. La amabilidad del personal y de los voluntarios que ofrecen a las mujeres apoyo emocional y bienes materiales les dan la libertad de elegir que sus hijos vivan.

Debido a que se midieron las disminuciones en los estados donde las leyes pro vida han entrado en vigor y en los estados que tienen leyes más permisivas, el informe de AP sostuvo que las leyes pro vida no tienen efecto alguno en los índices de abortos. Esta conclusión es engañosa. Sabemos, debido a muchos análisis, que las leyes que limitan el financiamiento de los abortos y que exigen el consentimiento informado de las mujeres y la participación de los padres en el caso de los menores ayudan a disminuir los índices de abortos en los estados que las promulgan. Puede haber un retraso en su impacto hasta que las leyes entren en vigor, pero luego el impacto es significativo y a largo plazo. Las leyes que se promulgaron recientemente quizás todavía no han tenido un impacto mientras que las leyes pro vida más antiguas lo tuvieron mucho antes de este estudio. Y los estados sin leyes pro vida que vieron una reducción en el índice de abortos a menudo tienen índices mucho más altos que los estados con dichas leyes. La evaluación del informe de AP se basa en una torpe comprensión de cómo la ley ayuda a cambiar la cultura.

Por supuesto, ya que cada vida humana tiene un valor incalculable, un aborto ya es demasiado; sin importar en qué lugar del mundo suceda, cómo o por qué. No descansaremos en nuestros esfuerzos pro vida hasta que el aborto sea un triste recuerdo del pasado.



Deirdre A. McQuade es directora asistente de las comunicaciones pro vida en el Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información sobre las actividades pro vida de los obispos, visite www.usccb.org/prolife o síganos en Facebook en www.facebook.org/peopleoflife.

 

Regresar al Foro Asuntos de Vida