Oración Universal (Oración de los Fieles)

De la Institución General del Misal Romano:

69.  En la oración universal u oración de los fieles, el pueblo responde de alguna manera a la Palabra de Dios recibida con fe y, ejerciendo su sacerdocio bautismal, ofrece a Dios sus peticiones por la salvación de todos. Conviene que esta oración se haga normalmente en las Misas a las que asiste el pueblo, de modo que se eleven súplicas por la santa Iglesia, por los gobernantes, por los que sufren alguna necesidad y por todos los hombres y la salvación de todo el mundo.

70.  El orden de estas intenciones será generalmente:

a)  por las necesidades de la Iglesia,
b)  por los que gobiernan las naciones y por la salvación del mundo entero,
c)  por los que padecen por cualquier dificultad,
d)  por la comunidad local.

Sin embargo, en alguna celebración particular, como en la Confirmación, el Matrimonio o las Exequias, el orden de las intenciones puede amoldarse mejor a la ocasión.

71.  Corresponde al sacerdote celebrante dirigir esta oración desde la sede. Él mismo la introduce con una breve monición en la que invita a los fieles a orar y la concluye con una oración. Las intenciones que se proponen deben ser sobrias, redactadas con pocas palabras y con sabia libertad, y deben expresar la plegaria de la comunidad entera.

Las pronuncia un diácono o un cantor o un lector o un fiel laico desde el ambón o desde otro lugar conveniente.

El pueblo, estando de pie, expresa su súplica o con una invocación común, que se pronuncia después de cada intención, o bien orando en silencio.