Orientaciones para acólitos

Las siguientes orientaciones fueron preparadas por el Comité para la Liturgia y presentadas a la Conferencia Nacional de Obispos Católicos para la discusión en su Asamblea especial de junio de 1994. Las orientaciones sugeridas—que anteceden a la Carta Apostólica motu proprio Spiritus Domini (2021), que abren el ministerio instituido del acolitado a la mujer—han sido levemente revisadas según la tercera edición de la Institución General del Misal Romano. Pueden usarse como base para desarrollar las orientaciones diocesanas.

  1. Aunque la institución del ministerio del acólito se reserva a hombres laicos, el obispo diocesano puede permitir que las funciones litúrgicas del acólito sean llevadas a cabo por monaguillos, hombres y mujeres, niños y niñas. Tales personas pueden llevar a cabo todas las funciones enumeradas en el n. 100 (a excepción de la distribución de la Sagrada Comunión) y los nn. 187-190 y 193 de la Institución General del Misal Romano.

    La determinación de que mujeres y niñas puedan funcionar como monaguillos en la liturgia debe ser hecha por el obispo a nivel diocesano para que pueda haber una normativa diocesana uniforme.
     
  2. No se debe hacer distinción entre las funciones llevadas a cabo en el santuario por hombres y niños y las que llevan a cabo mujeres y niñas.
     
  3. Los monaguillos deben ser lo suficientemente maduros para entender sus responsabilidades y llevarlas a cabo bien y con la debida reverencia. Deben haber recibido la santa comunión por primera vez y normalmente recibir la eucaristía siempre que participen en la liturgia.
     
  4. Los monaguillos deben recibir una formación adecuada antes de empezar a funcionar. La instrucción debe incluir instrucción sobre la Misa y sus partes y sus significados, los diversos objetos usados en la liturgia (sus nombres y usos) y las distintas funciones del monaguillo durante la Misa y otras celebraciones litúrgicas. Los monaguillos también deben recibir una orientación adecuada sobre mantener el decoro y vestido adecuado al servir en la Misa y otras funciones.
     
  5. Como el papel del monaguillo es integral para la celebración de la Misa, al menos un monaguillo debe asistir al sacerdote. Los domingos y en otras ocasiones importantes, se deben emplear dos o más monaguillos para llevar a cabo las diversas funciones confiadas normalmente a estos ministros.
     
  6. "[L]os acólitos, monaguillos, lectores y otros ministros laicos pueden vestir alba u otras vestiduras dignas y apropiadas" (Institución General del Misal Romano, n. 339). Todos los servidores deben vestir la misma vestidura litúrgica.
     
  7. Los servidores llevan la cruz, las velas de procesión, mantienen el libro para el celebrante cuando éste no está junto al altar, llevan el incensario y el incienso, presentan el pan, el vino, y el agua al sacerdote durante la preparación de las ofrendas, o le ayudan cuando recibe los dones del pueblo, lavan las manos del sacerdote y ayudan al celebrante y al diácono en lo necesario.
     
  8. Los servidores responden a las oraciones y diálogos del sacerdote junto con la congregación. También se unen al canto de los himnos durante la liturgia.
     
  9. Los servidores deben estar sentados en un lugar desde el que puedan fácilmente ayudar al celebrante y al diácono. El lugar al lado del sacerdote normalmente se reserva para el diácono.
     
  10. Los servidores no deben distribuir la sagrada comunión a no ser que hayan sido designados para esta función por el obispo.
     
  11. Se puede usar la Bendición de acólitos (Bendicional, nn. 409-426) antes de comenzar su función en este ministerio.